Wednesday, March 21, 2012

Un Viaje a Ajijic - Ficcion o quizas no


Llegaron a las tierras de Ajijic que se ubican en el estado de Jalisco, un lugar desconocido para el, el hombre de esta pareja.  Ellos sabían que solo tenían ese día y nada más.  Pensaban que nadie iba a cambiar este momento, que era únicamente de ellos.  El viaje era para conocerse y estar tranquilos, algo que ellos nunca habían tenido.

Llegaron al hotel en el que se iban a hospedar, simplemente para tener un lugar donde llegar y cambiarse. Y para estar tranquilos disfrutando del día que era caliente, muy lindo.  Ellos caminaban suavemente, el seguía el ritmo de ella, sensual cuando camina y linda para admirar.  Ella es una mujer delgada, fina y tímida.  Aunque ella caminaba a su lado, él podía ver cada paso que tomaba, cada movimiento que hacia, lo sentía como un bolero: rítmico y deseable.

Ellos en realidad no tenían plan, ni agenda, el día solo era para hacer lo que les parecía, para estar lejos de lo que ellos conocían como el mundo.  Ella le preguntaba que quería hacer y él le respondía “tu me trajiste aquí, será lo que tu quieras”.  Lo que él quería es que ella tomara la decisión para disfrutar el día y la noche.  El no quería ser autoritario deseaba que ella tomar y tomara las decisiones.

Mientras pasaban la tarde ellos llegaron a verse de una forma en la que nunca antes se habían visto.  Poco a poco, paso a paso se estaban descubriendo el uno al otro.  Él veía cosas en ella que nunca antes había visto y de su boca escucho las palabras que nunca había escuchado. Confirmaba en la mirada de ella las palabras que ella decía y eso le agradaba.

En si, el se llenaba de sus palabras y él vivía en los cuentos de ella, el se transportaba a su mundo para mejor conocer su vida.  Entender bien quien es ella, que deseaba y que buscaba.

Se rió de los cuentos de ella y de las cosas que decía y se alegro mucho de su sonrisa.  Él hasta podía sentir el agrado que ella tenia hacia él, por lo menos así él lo interpretaba.  El se alegraba de su sonrisa y hasta la confianza de compartir su bebida, aunque no le gusto mucho lo que tomó.


Cuando la tarde se acercaba no quiso pensar en la hora, sino en lo que iban hacer en la tarde.  Jugó con ella en la habitación una pelea de almohadas y escuchó su risa fuerte y vibrante, solo quiso jugar más.  Sintió las vibraciones de ellas, vio su sonrisa y su paz, pero
aun no podía leer su mente.  Trato de interpretar su alegría y se frustraba con sus errores.  ¿Como deseaba que ella le dijera como el debe proceder?, hay mujeres que fáciles de leer pero esta mujer es diferente.

Ya sabía que ella había tenido mal de amores y que ella se limitaba simplemente por no sentir el dolor nuevamente.  Pueda que ella jugaba con él y no le importaba, si solo por una tarde podrá sentir un poquito de su amor.  Quería un cariño de ella, un sentido especial para él para poder llamar suyo.

No le interesaba el pasado de ella o cual mala fue su historia, solo el presente, ahora, este momento pero quería convertirse en juguete del querer de ella.

Pero cuando se sentaron en el bar empezaron a jugar el reto, algo que el no había planeado, simplemente se le ocurrió en el momento.  Hubo tantas sensaciones que pasaron por su cuerpo cuando se inicio este juego.  Tantas preguntas surgieron que quiso aprovechar del tiempo y sabía que poco a poco se escapaba aunque trato de no pensar en él.

El inició ese riesgo en forma de juego y lo que resulto fue novela que se convertía en realidad.  Aun el no podía ver las escenas en su cabeza, como todo iba a realizarse, porque el juego era espontáneo y no quiso planear nada.  Deseaba que todo se iniciara por si mismo que la noche y el momento los llevara hacia donde sé tenia que ir (aunque el no lo sabia, para él fue como deseaba.)

Él pensaba, que le molestaría si la tocara, si la abrazara o la besara en la luz de la noche.  O si le molestase si le dijera cosas dulces en el paraíso que estaban ubicados.  Pero solo lo pensaba y tenía mucho miedo arriesgar unas preguntas así, preguntas que quizás la pondría en una situación que no deseaba compartir con él.

Él quería mirar bien adentro en sus ojos y ver si ella era capaz de perderse con él.  Locamente quiso decir por completo todo sus sentidos las cosas que guardaba bien adentro.  Pero una imagen aparecía en su frente, que lo controlaba como fantasma en la noche.  La imagen de su rechazo hacia sus caricias y ese miedo el no puede superar otra vez.

Sabia que ella vivía en una prisión con rejas muy frías donde no fácilmente ella puede decir lo que siente.  Él quería dejarle saber como salir de esa prisión de miedo y llegar en el mundo de del sin rejas, y simplemente querer.

El se imaginaba escribiéndole así, como aquí y se preguntaba si ella imaginaba igual que él.  Si ella deseaba con los mismos sentidos que él, si ella escribiese una carta para el cómo el cuento este.

“Si tu pudieras leer mi mente” pensaba él, “¿qué cuento leerías?, ¿Seria mejor que un libro de una librería?  “¿Seria como un cuento de una película vieja?”.

Casi cantaba, diciendo “quería seguir mirándote y escuchar mi nombre en tu voz, me haces sentir como un nene chiquito, pasar una noche en sueño contigo y convertirlo en realidad que no haya imposibles y vivir de ilusiones seria bello”.

Él anhelaba acercase a ella y en esa noche con la luz baja escuchar en el silencio, ver todo ese espacio que era de ellos para hacer lo que deseaban, para él, nada pudo estar mejor que ahí y ahora.


No creyó que pudo estar mejor hasta que estuvieron en la alberca juntos, ella se sentía suave en su tocar, el peso de ella en el agua era casi nada y ahí la tenia en sus brazos cargándola podía estar así toda la noche.

Pensó, “por fin te tengo y no había nada ni nadie que podía quitarme de este sueño, porque sé esta convirtiendo en realidad.  Ella esta cerca, suave, linda y tiene una voz angelical todo eso era espectacular y él estaba vivo en este momento.

Nadaban rociando sus cuerpos, sus manos y sus ojos pero aun jugando el riesgo del reto o pregunta.  Sus preguntas a veces le indicaban como proceder, pero ella cambiaba el movimiento el tema y nuevamente tenia que pescar por otro camino, quizás ella lo hizo por miedo o quizás por esconder.  Pero el no pudo hacer las preguntas que más deseaba, las cosas que quería saber tenia que aguantar, no se atrevía preguntar.



Al llegar a su lugar privado temblando los dos del frio por el aire ellos aun riendo del reto ya acontecido, él deseaba, pensaba, quería, anhelaba seguir pero el miedo del fantasma del rechazo volvió a aparecer.

La noche terminaba y el momento estaba por llegar a su fin.  Se sentía lejos, abandonado con solo la memoria, ¿qué iba hacer?, No sabía.

Se acordó del reto y decidió arriesgar con el juego, la última mano sea para bien o para mal.  Llamo a su nombre sabiendo que quizás no vuelva a suceder otra vez en este paraíso espectacular.

Ella dio vuelta y al decir Reto o Pregunta y el tira la ficha para que el destino escoja por él la decisión que por el miedo no le deja tomar.  La ficha da vuelta y vuelta girando por el aire y era como que para él, el tiempo se para solo lo suficiente para el pensar que va hacer, que pregunta o que reto.

Finalmente cuando la ficha cayó en su mano, su mirada baja para ver el resultado del destino ¡Águila!, Y dijo ¡Reto!  Ella lo mira con una sonrisa y piensa, que va hacer este hombre, ella también sabia que era la ultima tirada pero no sabía que más podía el pedir, especialmente cuando tenían que irse.



El se acerca y busca en sus ojos, busca con toda su fuerza para llegar hacia su deseo, lucha contra el miedo, pelea contra lo que no quiere y con lo que desea.  Se acerca mas a ella y esta vez no mira en los ojos de ella, no quiere ver la lucha.  Busca dentro de su alma para encontrar el reto deseado las palabras para expresar todo lo que siente y lo que buscaba de ella.  El reto que le dará vida a su alma, que convertirá en realidad ese sueño que por muchas noches había vivido, solo.

Finalmente encuentra las palabras para retar a este ángel y poder expresar su deseo principal.  De su boca sale rodeado el miedo y le dice al cerrar sus ojos.  “Bésame, pon tus brazos alrededor de mi cuello dame este momento aunque no vuelva a surgir no volveré a llegar hasta aquí solo dame este beso ahora.”

Hubo un tiempo de silencio por parte de ella, sonreía pero sabia que ella sentiría temor, el cual también lo sentía él, sabia que este momento posiblemente no volvería a pasar y posiblemente ella se negara.  Muchas cosas pasaban por su mente él pensaba “voy a echarme hacia atrás, mejor lo paro yo que ella, no quiero el rechazo por su parte, no quiero el desprecio tengo miedo de perder... otra vez.

El tiempo pasó y él abrió sus ojos y vio que ella tenía sus ojos cerrados. Vio el miedo en ella.  Pero vio que ella estaba dispuesta a dar, a darle lo que él deseaba lo que lo haría a el completo, el beso de su boca, la oportunidad de sentirla a ella para llegar a una intimidad que solo ellos podrán crear y sentir.

El se acerca, tomó su mano izquierda, cerró sus ojos y comenzó a sentir.  Sintió sus labios, suave, gentil, sabrosa, dulce para querer más. Él grababa cada momento cada sensación y ella solo pensaba que estaba dispuesta A ser besada por él.  Él disfrutaba de su lengua como un explorador llegando a tierra nueva.

Saboreó sus labios  primero el de arriba luego el otro mientras su mano tomaba posesión de su cuerpo en fin, el la abrazo levemente.  Con una mano la abrazo para sentirla por completo y darle legitimidad al beso.  Ella lo besaba, respondiendo a el con su boca como barco en marea como instrumento y músico, aun así el no podía leer su mente.

El momento fue rápido, pero para el duró una eternidad.  Sus labios aun mojados del beso de esta mujer y conociendo que el momento había acabado como una película de un cine, el se echa hacia atrás aun teniendo el miedo de mirar en sus ojos.  Solo quiso mantener el recuerdo del beso esa sensación del dulce prohibido y finalmente poder tenerlo.  Con solo ese beso confirmaba lo que ya sabia, esta mujer es el deseo de todos los hombres ciegos, con ese beso uno fácilmente puede describir lo que es belleza.



Recordó un poema: “Enróscate en mis labios y deja que te beba, para sentirte mía por un breve momento.  Y esconderte del mundo y en ti mismo esconderte, y oír voces de asombro en la boca del viento”

Uno puede concluir que usó el juego para tomar riesgo de un reto para sentir la sensación de ese beso para poder superar el miedo, el miedo de probar sus labios para besarlos.  Cosas que uno considera importantes son de riesgos grandes y para él esto fue una montaña que pudo superar, aunque por breve momento.

En fin se queda con el recuerdo, que empezó en el jardín y como Adán y Eva, con la fruta, en este caso el beso, se fueron del paraíso.



Después de todo que se ha leído este cuento nunca sucedió, solo fue un sueño que se desea Re-vivir.







Por Francisco Colon y editado por Giovanna Rojas